... Santa Cruz, Jueves 26 de julio de 2008 ...
“Manojito de alegrías, manojito de alegrías, ¿Cuándo he de encontrarte?, ¿Cuándo aparecerás en mi vida?, estoy cansado de buscarte, de buscarte con mi corazón desolado y vacío…
Ya no tengo fuerzas para seguir manojito de alegrías, mis manitos están resecas y heridas de tanto recoger espinas, cansados están mis huesos y vacía mi alma sin ti.
Te esperaré aquí sentado, mirando al horizonte por si distingo tu silueta a lo lejos, mientras el sol me quema los ojos, y el viento reseca mi rostro, dejando grietas profundas en mi piel. El tiempo pasa y cada día sin ti es un paso hacia el final.
Veo a mi alrededor, aquí sentado, y solo encuentro un campo desierto y vacío, salado a causa de mis lagrimas, ya no crece nada en el, solo están las ruinas de lo que debería ser un jardín hermoso, las flores han caído, los árboles se han secado y el césped se lo ha llevado el viento, solo tierra seca y resquebrajada por el sol abrasador de la soledad. Aquí sin ti todo muere cada día un poco mas, me angustia tanto ver pasar las horas interminables sin saber si algún día llegarás…
Duelen mis manos, todavía manojito de alegrías, aún sangra la herida de la última espina que me hirió. Ya no quiero recoger mas, manojito de alegrías, pues sólo recojo manojos de espinas y duelen mis manos cansadas y curtidas por esta tierra seca.
Manojito de alegrías, botoncito de amor, me atormenta el hecho de pensar que, tal vez, cuando aparezcas en mi vida, mis manos estén ya tan dañadas, tan adoloridas y cansadas, que no pueda recogerte para oler tu dulce aroma, que mis ojos estén tan quemados por el sol y no pueda reconocer la hermosura de tus colores, y mi corazón tan endurecido que no pueda sentir el gozo de tu presencia, pero ¿Qué puedo yo hacer, si ya he buscado tanto, en tantos lugares y por tanto años? Que ya hasta dudo de tu existencia, sólo me queda esperar,… esperarte aquí sentado con la vista al horizonte, deseando reconocer tu silueta a lo lejos y correr a tu encuentro, vida mía, luz de mis ojos, alegría de mi corazón…”
“Manojito de alegrías, manojito de alegrías, ¿Cuándo he de encontrarte?, ¿Cuándo aparecerás en mi vida?, estoy cansado de buscarte, de buscarte con mi corazón desolado y vacío…
Ya no tengo fuerzas para seguir manojito de alegrías, mis manitos están resecas y heridas de tanto recoger espinas, cansados están mis huesos y vacía mi alma sin ti.
Te esperaré aquí sentado, mirando al horizonte por si distingo tu silueta a lo lejos, mientras el sol me quema los ojos, y el viento reseca mi rostro, dejando grietas profundas en mi piel. El tiempo pasa y cada día sin ti es un paso hacia el final.
Veo a mi alrededor, aquí sentado, y solo encuentro un campo desierto y vacío, salado a causa de mis lagrimas, ya no crece nada en el, solo están las ruinas de lo que debería ser un jardín hermoso, las flores han caído, los árboles se han secado y el césped se lo ha llevado el viento, solo tierra seca y resquebrajada por el sol abrasador de la soledad. Aquí sin ti todo muere cada día un poco mas, me angustia tanto ver pasar las horas interminables sin saber si algún día llegarás…
Duelen mis manos, todavía manojito de alegrías, aún sangra la herida de la última espina que me hirió. Ya no quiero recoger mas, manojito de alegrías, pues sólo recojo manojos de espinas y duelen mis manos cansadas y curtidas por esta tierra seca.
Manojito de alegrías, botoncito de amor, me atormenta el hecho de pensar que, tal vez, cuando aparezcas en mi vida, mis manos estén ya tan dañadas, tan adoloridas y cansadas, que no pueda recogerte para oler tu dulce aroma, que mis ojos estén tan quemados por el sol y no pueda reconocer la hermosura de tus colores, y mi corazón tan endurecido que no pueda sentir el gozo de tu presencia, pero ¿Qué puedo yo hacer, si ya he buscado tanto, en tantos lugares y por tanto años? Que ya hasta dudo de tu existencia, sólo me queda esperar,… esperarte aquí sentado con la vista al horizonte, deseando reconocer tu silueta a lo lejos y correr a tu encuentro, vida mía, luz de mis ojos, alegría de mi corazón…”
...Guillermo...
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