“Así es, tal como debe ser, la vida corre fácil para mi, la mayor parte del tiempo…
Así es, mi historia es corta, sin amor y sin gloria, sin héroes en mi cielo…
¿Por qué no puedo dejar de pensar tan sólo un momento en ello?, pero ¿Por qué me atormenta tanto esta idea?... ¿Por qué me atormentas tú de esa forma?...
Así es, ¿tal y como debería ser?, suelo olvidarme de mi mismo la mayor parte del tiempo.
Así es, el agua está fría y hace que caigan los pétalos de mi corazón, dejando sólo el tallo, marchitándose, a punto de colapsar ante el frío eterno, a punto de desfallecer sin el calor de la esperanza arrebatada, sin sol que le haga reaccionar, que entibie su atmósfera. El tiempo pasa y el Frío continúa calando en lo profundo de mí ser… Chocando los dientes, intento aferrarme a algo, pero no encuentro nada que pueda entibiar mi congelada vida, nada que pueda sacarme de esta muerte anunciada, muerte en vida, muerte del corazón, de los sentimientos, de mi propio Ser.
¿Vivir sin deseos?, eso es lo que intento, ¿suicidio del corazón?, eso es lo que estoy haciendo, pues no encuentro otra alternativa… No pensar, sólo existir, sólo ser, vivir sin sentimientos para estar un poco mas tranquilo, resignarme a esto que se me ha impuesto, a las posibilidades que nunca podrán realizarse, rendirme ante la vida y no esperar nada de ella, que sea lo que haya de ser, que venga lo que haya de venir, caminar con los brazos caídos pues ya no me quedan fuerzas para levantarlos, desistir de esta batalla en contra del destino, que bastantes problemas me ha traído y bastantes golpes me ha dado, ya no puedo mas con esta lucha.
¡Si! ¡Me estoy rindiendo! No es que “no deba luchar”, o que “no quiera luchar”, es simplemente que ya no puedo seguir adelante con esto. Quiero vivir, eso está claro, pero no puedo seguir luchando mas contra Aquél a quien nunca podré vencer, al Cruel, al que me ha restregado en el rostro una y otra vez que no puedo con El…
Hace un tiempo alguien me dijo sabias palabras:
-“Existen vasos que son fabricados para honra, y otros que se fabrican para deshonra”
Después de casi treinta años vividos, quince de ellos luchando en contra del destino, he aprendido que soy vasija de barro, vaso para deshonra, no para reír del corazón, sino para sufrir alegrías imperfectas, sólo risas vacías, fabricado para probar dulces de los que amargan el estómago…
Pero dentro de todo esto he aprendido a vivir con esta máscara, la de la sonrisita aquella, la que oculta el verdadero rostro, ese horrible rostro del que sufre siempre, del que ha sido condenado a no tener la capacidad de ser feliz, del que tiene que fingir su sonrisa para que nadie sepa lo que realmente sucede en su interior.
… Suicidio del corazón… eso es lo que intento, dejar de sentir o al menos hacer el mayor esfuerzo por suprimir del todo los sentimientos…
En mis sueños estoy muriendo otra vez, luego despierto y aún estoy aquí, es sólo mi mente, un reflejo de lo que vivo cada día. Cada paso, cada exhalación es morir un poco mas…
No puedo apartar esta idea de mi mente, no puedo dejar de pensar en ti, un ser imaginario que nunca vendrá, manojito de alegrías dije en alguna ocasión, alguien que definitivamente no existe, salvo en mis sueños mas osados, alguien que la misma vida se ha encargado de asesinar en mi corazón.
… Suicidio del corazón… muerte a los sentimientos… muerte al deseo… no puedo ser simplemente yo, no puedo dejar de mirarte, no puedo, simplemente no puedo…
¿Acaso he dicho alguna vez que te amo?, ¿Acaso te he dicho alguna vez: te deseo?... Solo he de mirarte desde lejos.
Sólo mirar desde atrás, o mejor dicho desde la butaca, como un espectador impotente de los acontecimientos que ocurren en la pantalla de mi vida, sin poder intervenir en la historia que veo proyectarse frente a mis ojos… Lo peor de todo esto, es que ya me se el final de ella, y no es nice, para nada…
Así es, mi historia es corta, sin amor y sin gloria, sin héroes en mi cielo…
¿Por qué no puedo dejar de pensar tan sólo un momento en ello?, pero ¿Por qué me atormenta tanto esta idea?... ¿Por qué me atormentas tú de esa forma?...
Así es, ¿tal y como debería ser?, suelo olvidarme de mi mismo la mayor parte del tiempo.
Así es, el agua está fría y hace que caigan los pétalos de mi corazón, dejando sólo el tallo, marchitándose, a punto de colapsar ante el frío eterno, a punto de desfallecer sin el calor de la esperanza arrebatada, sin sol que le haga reaccionar, que entibie su atmósfera. El tiempo pasa y el Frío continúa calando en lo profundo de mí ser… Chocando los dientes, intento aferrarme a algo, pero no encuentro nada que pueda entibiar mi congelada vida, nada que pueda sacarme de esta muerte anunciada, muerte en vida, muerte del corazón, de los sentimientos, de mi propio Ser.
¿Vivir sin deseos?, eso es lo que intento, ¿suicidio del corazón?, eso es lo que estoy haciendo, pues no encuentro otra alternativa… No pensar, sólo existir, sólo ser, vivir sin sentimientos para estar un poco mas tranquilo, resignarme a esto que se me ha impuesto, a las posibilidades que nunca podrán realizarse, rendirme ante la vida y no esperar nada de ella, que sea lo que haya de ser, que venga lo que haya de venir, caminar con los brazos caídos pues ya no me quedan fuerzas para levantarlos, desistir de esta batalla en contra del destino, que bastantes problemas me ha traído y bastantes golpes me ha dado, ya no puedo mas con esta lucha.
¡Si! ¡Me estoy rindiendo! No es que “no deba luchar”, o que “no quiera luchar”, es simplemente que ya no puedo seguir adelante con esto. Quiero vivir, eso está claro, pero no puedo seguir luchando mas contra Aquél a quien nunca podré vencer, al Cruel, al que me ha restregado en el rostro una y otra vez que no puedo con El…
Hace un tiempo alguien me dijo sabias palabras:
-“Existen vasos que son fabricados para honra, y otros que se fabrican para deshonra”
Después de casi treinta años vividos, quince de ellos luchando en contra del destino, he aprendido que soy vasija de barro, vaso para deshonra, no para reír del corazón, sino para sufrir alegrías imperfectas, sólo risas vacías, fabricado para probar dulces de los que amargan el estómago…
Pero dentro de todo esto he aprendido a vivir con esta máscara, la de la sonrisita aquella, la que oculta el verdadero rostro, ese horrible rostro del que sufre siempre, del que ha sido condenado a no tener la capacidad de ser feliz, del que tiene que fingir su sonrisa para que nadie sepa lo que realmente sucede en su interior.
… Suicidio del corazón… eso es lo que intento, dejar de sentir o al menos hacer el mayor esfuerzo por suprimir del todo los sentimientos…
En mis sueños estoy muriendo otra vez, luego despierto y aún estoy aquí, es sólo mi mente, un reflejo de lo que vivo cada día. Cada paso, cada exhalación es morir un poco mas…
No puedo apartar esta idea de mi mente, no puedo dejar de pensar en ti, un ser imaginario que nunca vendrá, manojito de alegrías dije en alguna ocasión, alguien que definitivamente no existe, salvo en mis sueños mas osados, alguien que la misma vida se ha encargado de asesinar en mi corazón.
… Suicidio del corazón… muerte a los sentimientos… muerte al deseo… no puedo ser simplemente yo, no puedo dejar de mirarte, no puedo, simplemente no puedo…
¿Acaso he dicho alguna vez que te amo?, ¿Acaso te he dicho alguna vez: te deseo?... Solo he de mirarte desde lejos.
Sólo mirar desde atrás, o mejor dicho desde la butaca, como un espectador impotente de los acontecimientos que ocurren en la pantalla de mi vida, sin poder intervenir en la historia que veo proyectarse frente a mis ojos… Lo peor de todo esto, es que ya me se el final de ella, y no es nice, para nada…
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Estas son las palabras que he ido escribiendo a lo largo de este último tiempo, aquellas que definen mi pensamiento actual, las que reflejan fielmente lo que soy ahora, y en quien me he convertido.
Quien las lea, no proteste, sólo léalas y aprenda un poco acerca de mí, sin objeciones, sin reproches…
Quien las lea, no proteste, sólo léalas y aprenda un poco acerca de mí, sin objeciones, sin reproches…
… Guillermo…
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